Por: José El Profe Litvak 

En este la primera entrega de este artículo ya hablamos de las normas generales de conducta en toda situación de juego social, de las que el poker no es la excepción, pero ahora en esta segunda edición se tocará el tema de las normas de aplicación exclusiva a nuestro poker. Veamos…

PARTE II –o de aplicación exclusiva en el poker-

Hacer las jugadas o apuestas claramente

Las acciones anunciadas verbal o gestualmente deben ser claras y comprensibles.

Muchas veces, lo expresado por un jugador es ininteligible o sus señas son imprecisas y provocan dudas o malas interpretaciones. Otras, se arrojan las fichas desordenada o despectivamente o se las coloca indefinidamente entre el espacio propio del jugador y el común, dando lugar también a demoras o a entredichos.

Una jugada anunciada es vinculante. No podemos retractarnos, hay que cumplirla y colocar la cantidad de fichas correspondientes.

Predomina la expresión verbal por sobre la gestual. Una apuesta puede hacerse colocando todas las fichas juntas y en un solo movimiento. De lo contrario, sólo se consideran las primeras apoyadas sobre la mesa o lo que, mantenido en la mano, traspasó la línea demarcatoria del área individual (según lo dispongan las normas locales).

Mostrar o no las cartas

Salvo que las normas del lugar exijan descubrir determinadas manos, la voluntad de hacerlo o no es de cada jugador. En algunas reglas locales, quien pagó (call) tiene derecho a ver las cartas de su rival.

El slow rolling (muestra lenta)

El slow rolling es una conducta irritante. Se da en el showdown, cuando, quien está seguro de tener el mejor juego, demora en exhibirlo y espera a que lo haga el resto.

Esta actitud genera falsas expectativas de éxito a los otros, quienes se frustran al comprobar tardíamente lo contrario. Es de buen gusto evitar ese disgusto. Phil Hellmuth explica, “cuando un jugador percibe que ha ganado el /pozo porque tú dudaste, y ello no es así, le llevas las fichas y le rompes el corazón: no estás haciendo amigos, al contrario, tal vez has ganado un enemigo con memoria de elefante que buscará vengarse” (conf. “Play Poker Like The Pros”).

Los turnos para mostrar las cartas en el showdown

A veces, los jugadores son remisos a mostrar sus juegos en el showdown. Quieren ver primero los del resto. Si no existen normas que lo regulen, el último en apostar o en subir es el primero en exponerlas, y el resto lo hace por turno. Si no hubo acción en el river, se hará por turno, comenzando por el ubicado más cerca del botón (a su izquierda) y en la dirección de las agujas del reloj.

Jugar rápido

Cada participante tiene un tiempo preestablecido para decidir y anunciar su jugada. No obstante, demorar el juego lo hace tedioso, especialmente cuando es evidente la acción a realizar.

También retrasa el juego colocar desordenadamente las fichas apostadas y obligar al croupier a juntarlas y a contarlas.

La actitud frente a las victorias y las derrotas

Es natural que estemos contentos cuando triunfamos y molestos cuando perdemos. La cuestión es cómo lo manifestamos. Al triunfar, corresponde obrar como un verdadero ganador. No exaltarnos o festejarlo de manera que pueda molestar al resto, especialmente a nuestro oponente.

No es grato que alguien se vanaglorie con su victoria o se ría de las jugadas o de la mala suerte de otro, así como cualquier otro comportamiento que incomode a los demás. Actuemos con gallardía y seamos cautos.

Y, si perdemos, aceptemos la derrota dignamente. No lloremos más de la cuenta ni nos victimicemos por nuestra mala fortuna. Tampoco echémosles la culpa a los otros. Perder la compostura, arrojar los naipes o cualquier otro objeto desaforadamente, golpear la mesa u otras actitudes tan reprochables, son típicas de un mal perdedor.

No hacer trampas

El Poker impone lealtad y buena fe. Hacer señas, inducir al error al contrario, jugar asociado o “en equipo”, el “pase” de fichas, disminuir el stack, no respetar los turnos de acción, intentar ver las cartas de otros o mostrar intencionalmente las nuestras, son prácticas maliciosas y están penalizadas, pero, básicamente, no son éticas.

El soft play (juego blando)

Es una conducta reprochable que muchos practican creyendo que es correcta o, peor aún, que es ética o “de caballeros”.

¿En qué consiste? Simplemente, en no apostar o en no hacerlo en la medida que corresponde cuando los adversarios son personas estimadas. ¿Qué diríamos si en el fútbol alguien patea un penal afuera, deliberadamente, porque tiene simpatía por el equipo contrario? ¿O de dos boxeadores que no se “pegan” porque se aprecian?

En algunas actividades se aceptan técnicas de equipo, como en el automovilismo, en el cual uno de los miembros puede facilitar al otro un triunfo o resignarlo a su favor. Si bien ello está en tela de juicio por buena parte de la gente, se trata de miembros de un mismo “team” y no está prohibido.

El Poker no se practica agrupado y, a diferencia de otros deportes, todos juegan contra todos (lamentablemente, no podemos endilgarles a otros nuestros infortunios).

No “sacarle el dinero” a un amigo o pariente es condenable porque perjudica al resto. Esto se advierte en los torneos, cuando se le prolonga la “vida” a quien debería haberse retirado, y en los cash games en tanto el tamaño de los stacks tiene influencia en el juego.

Conductas consentidas

A diferencia de otros deportes, existen conductas o comportamientos aceptados o que no son mal vistos. Por ejemplo, en contraste con el Poker familiar o tradicional, en el Texas Hold’em es aceptado el “semblanteo” y el duelo verbal entre los oponentes, para tratar de desentrañar el valor del juego que tienen.

En la mayoría de las salas, se permite comer o beber mientras se juega. Claro que la comida y la bebida deben estar fuera de la mesa y ser productos adecuados para no distorsionar o molestar la práctica.

Es aceptable el uso de reproductores de música, pero no así el de teléfonos celulares. Seguramente habrá más conductas pertinentes o actitudes reprochables, pero lo primordial es hacer lo necesario para pasarla bien, gratamente, en un buen ambiente,ganar amigos (además de dinero) y contribuir a que la actividad sea cada vez mejor considerada.

En suma, como en todos los aspectos de la vida, tratemos a los demás como deseamos que nos traten a nosotros.