Todos sabemos que el poker es un juego en el que las probabilidades cumplen un rol fundamental. Es por eso que en general entendemos por qué a veces las cosas pueden resultar de una manera distinta a cómo las teníamos planeadas. En ocasiones la dicha nos visitará en forma de buen run y en otras, las que más recordamos, las desviaciones de la varianza nos harán conocer a un viejo integrante de la familia: los downswings.

Durante numerosos momentos de la carrera de todo jugador, las malas rachas llegarán de visita y en general esa visita dolerá bastante. Se trata del momento en que no ganamos ningún flip y nos quiebran todas las situaciones a favor, sin importar qué tan favorables sean esas probabilidades. Algunos dicen que estos pueden durar días, semanas o incluso unos cuantos meses, pero de lo que no hay dudas es de que se trata de una faceta inevitable de cualquier juego que involucre apostar a rangos y porcentajes. Si lo pensamos en frío, los downswings deberían ser una parte ya naturalizada de nuestra interacción con las mesas.

Esto no significa que deberíamos actuar como si nada pasara (de ser posible), sino que es algo que ya sabemos que sucede y sucederá. Algo para lo que deberíamos estar preparados. Existen tantas maneras de lidiar con las malas rachas como jugadores activos en el mundo, pero algunos consejos generales pueden servir a nuevos y no tan nuevos que transiten este tipo de escenarios.

No dejes de jugar. Un mito dentro del ambiente es que las malas rachas se resuelven tomándose un break o bajando de nivel, pero esto no es del todo cierto. Darse un respiro no tiene nada de malo siempre y cuando no afecte nuestro volumen normal, pero la única manera de salir de un downswing es jugando. De esta forma, aplicaremos nuestras tendencias positivas a lo largo del volumen suficiente para revertir la desviación que sufrimos. Bajar de nivel, por otro lado, no es completamente necesario a menos que nuestro bankroll pierda profundidad, lo que nos lleva al siguiente punto.

No quites el ojo del bankroll. Uno de los errores más comunes dentro de los jugadores de torneos es intentar revertir una mala racha pegando shots, es decir jugando torneos más caros de lo habitual con la intención de obtener un premio contundente. Esto no sólo rompe reglas básicas del comportamiento de un jugador profesional sino que además pone en riesgo todo, pues las chances de quebrar aumentan exponencialmente. Es infinitamente más inteligente pensar en jugar partidas más baratas con la intención de obtener el volumen correcto sin mayores presiones.

Aprovecha la oportunidad para estudiar. Un downswing puede deberse, sin ningún lugar a dudas, a las inclemencias de la matemática. Sin embargo ese no es el único factor que afecta nuestros resultados en las mesas y una seguidilla de malas decisiones también puede desembocar en un gráfico sangriento. Muchos de estos posibles errores estarán a la vista sin mayores esfuerzos, pero otros necesitarán de un análisis mucho más profundo. Si estás en una de esas malas rachas y sentarse a dar batalla en las mesas cada vez cuesta más, no dejes pasar la oportunidad de sumergirte en el estudio para luego volver a las partidas bien afilado.

Balanceá tu vida. Si esta etapa tormentosa del poker tomó gran parte de tu mente y los malos resultados no dejan de estar presentes a lo largo de tu día, es hora de llenar este último de actividades completamente diferentes a lo que hacemos en las mesas. Es un buen momento para hacer ejercicio, salir con amigos, tomarse un tiempo para pasear por la ciudad o hacer algo que nos guste. Cuando tenemos la cabeza saturada por todo lo que significa un downswing, es un buen consejo tomarse el tiempo de encontrar aquello que nos aleja la mente del run, la estrategia o cualquier otra preocupación. Por otro lado es importante notar también cuando el ocio ocupa un porcentaje peligrosamente alto de nuestra rutina, pues no debemos descuidar nuestro sostén económico y el secreto estará siempre en mantener ese balance.

De más está decir que no hay que perder el foco de lo que es importante: disfrutar de lo que hacemos, pese a todo. Los bad beats van a seguir existiendo y las sesiones asesinas nunca van a ser “una cosa del pasado”. Lo que importa es preocuparnos por pulir nuestro juego y seguir apostando cuando las probabilidades están a favor. Entender la matemática detrás del poker y jugar lo necesario para que los buenos gráficos se construyan. Meter las horas de trabajo que se necesitan para hacer la diferencia. O mejor dicho, para ganar esa diferencia.

Por: Hoozh