Por José Litvak

Ante un sorprendido público, el profesor Dan Ariely , catedrático de psicología y conductas económicas de la Universidad de Duke y fundador del centro de la retrospectiva avanzada, demostró cómo, dependiendo de la forma en que estaba formulada una pregunta, la gente elegía una opción u otra.

Lo increíble es que él usaba de ejemplo casos reales de formularios de tránsito que consultaban si el conductor quería donar sus órganos en caso de accidente o no. Según Ariely, un gran porcentaje de personas elegían donar órganos si el formulario les pedía que «marquen con una cruz» si no querían donarlos. Por otro lado si debían marcar para sí donarlos, preferían no poner el gancho.

Conclusión: la gente no quiere «marcar con una cruz». Es una conclusión extraña pero cierta: ante interrogantes complejos, la gente prefiere «la respuesta por omisión».

Inconscientemente preferimos que otro tome la decisión por nosotros. Este hecho científico otorga una perspectiva interesante para los jugadores de poker. Cuando estamos muy nerviosos y tenemos que tomar una decisión compleja en la siguiente etapa, ¿dejamos que el otro (que también casualmente es el rival) tome la decisión por nosotros?

Es probable, tanto como que nosotros seamos capaces de dirigir las elecciones de nuestros rivales cuando éstos se encuentran en una encrucijada. El punto es hacerles frente a nuestras decisiones; no dejarlas pasar, porque tenemos que tomarlas. Si no lo hacemos, quienes desean nuestras fichas elegirán por nosotros.

El poker es un juego de manipulación, en el que quien se deja manejar pierde su dinero rápidamente.

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