Por: José El Profe Litvak

En este artículo dividido en dos entregas hablaremos de las normas generales de conducta en toda situación de juego social, del que el poker no es la excepción, y en una segunda entrega de las normas de aplicación exclusiva a nuestro poker. veamos…

PARTE 1 -o de aplicación en todos los ámbitos del juego social-

Las normas de conducta. A continuación, haremos un repaso de las que consideramos elementales, con fines didácticos y de memorándum:

El respeto

No hace falta explicación. Todos quieren ser respetados y debemos respetar al otro, sin condicionamientos de raza, credos, defectos, inclinaciones, preferencias o condición social. Respetar es, también, no discriminar.

Del mismo modo merecen esa tolerancia el carácter, el amor propio, las opiniones y los usos y costumbres de cada uno. Todos nos lo merecemos.

Como “el derecho de cada uno termina donde comienza el de los demás”, evitemos las actitudes irritantes, indecorosas o molestas.

Prescindamos de las palabras molestas, observaciones inadecuadas y las faltas de delicadeza o descortesías. No martiricemos al afligido ni nos mofemos del otro en ninguna circunstancia.

Una situación que se advierte algunas veces es la exhibición de los naipes a quien se logró echar con un bluff.

Esto puede ser beneficioso para dar la imagen de audaz o de mentiroso, o para alimentar el ego, pero no es una conducta bien vista.

Salutaciones

Por muy alto que hayamos llegado en nuestra carrera o cuán buen jugador nos consideremos, no debe perderse la educación ni la cordialidad.

Saludar al entrar en la mesa y al despedirse, aunque hayamos perdido y, más aún, felicitar a quien ganó, si somos los derrotados, son gestos apreciados.

Eso hace a un caballero o una dama del deporte.

No fumar ni abusar del alcohol

La prohibición de fumar en los ámbitos cerrados está regulada a nivel mundial. Si en algún lugar aún no está vedado, es de buena convivencia evitarlo.

Además de constituir un hábito insalubre, resulta molesto para los abstemios.

En este aspecto, no obstante, es justo reconocer la mayor tolerancia que muestran habitualmente los fumadores: “nunca se quejan de quienes no lo hacen”.

También es aconsejable tener prudencia con el consumo de bebidas alcohólicas, tanto para no afectar la capacidad de juego, como para evitar situaciones “bochornosas” que pueden provocar los excesos.

Sin embargo, alguien muy inteligente dijo que “el alcohol es malo, pero el agua es aun peor: ¡si no la bebes te mata!”; por eso, ser abstemio es bueno, pero hay que tener moderación (Mark Twain).

El silencio es salud

Hablar permanentemente en la mesa, incluso con gestos desmedidos, molesta a la mayoría de las personas. Provoca irritación y desconcierto y disminuye las capacidades para el juego. Además de descortés, se convierte en una práctica desleal.

Peores aún son los comentarios o gestos que denotan nuestras cartas o las que foldeamos. Algunos jugadores que tiraron sus naipes se lamentan al observar las cartas comunitarias, manifestándolo o gesticulando. Con ello, dan información a quienes se mantienen en juego y lo desnaturalizan.

No se debe discutir o comentar una jugada durante el transcurso de una ronda con otros jugadores o con terceros ajenos a la partida. También incomodan los insultos o el lenguaje soez.

El Poker es un deporte mental (no “demente”) que exige concentración.

Cuanto menos hablemos, más saludable será la sesión para todos.

No ser profesores

Otros suelen comentar las jugadas o “dan cátedra” de sus conocimientos. Si nadie nos lo pregunta, seguramente no le interesa nuestra “lección”.

Hace mucho tiempo ya (sí, más de 2500 años), alguien dijo: “nada hay en el mundo tan común como la ignorancia y los charlatanes”.

Peor aún es hacerlo a quien se ha derrotado. Explicarle y “enseñarle” por qué se le ganó es, francamente, irritante. Tratemos de ser discretos.

Si no lo hacemos los autores, “que de esto sabemos, y mucho”, ¿qué les queda a los “profanos”?. Ah, tampoco debemos ser petulantes.

Continuará la próxima semana…