Las recomendaciones de carácter genérico para jugar mejor al Texas Hold’emPoker son muy escasas, pero esta es una de ellas: debemos foldear mucho, cuanto menos el 80% de las rondas.Si entramos en más del 20%, algo estamos haciendo mal.

Mike Caro dice: «La mayoría de tus ganancias vendrán por foldear. Sé que parece una declaración llamativa, pero si no la comprendes en profundidad, estarás condenado.

Hay muchas decisiones que necesitas tomar durante el curso de una ronda. ¿Raiseas o igualas? ¿Apuestas o checkeas? ¿Cuánto más deberías apostar en un juego de No-Limit? Todas esas son decisiones importantes, y si las tomas correctamente, tu bankroll aumentará notablemente. Pero cada una de esas elecciones, está sujeta a análisis. A menudo, no habrá una respuesta clara y tendrás que utilizar tus refinadas habilidades para elegir la táctica adecuada a esa situación en particular». Y brinda un consejo valioso: «Cuando dudes, foldea«.

«Quienes juegan la mayoría de sus manos, serán los más grandes perdedores. De hecho, aquellos que ganan la mayoría de los pozos en juegos full-handed, pierden la mayor cantidad de dinero. Es fácil ganar muchos pozos, solo por el hecho de jugar muchas manos, pero la mayor cantidad de veces de las que entramos en juego serán búsquedas infructuosas, si las promediamos en el tiempo. Aquellos que juegan la menor cantidad de pozos, usualmente se llevan el dinero. A menudo no ganarán tanto como podrían haber ganado, pero ganarán».

Y la explicación es simple, de las tantas combinaciones de cartas, recibiremos manos jugables en muy pocas ocasiones y, además, competimos contra varios rivales al mismo tiempo. Por ende, las precauciones deben ser grandes y pequeños los riesgos a tomar.

En el Poker se ganan pocas rondas. Se trata de una confrontación a largo plazo, con muchísimas batallas, y no se puede pensar en participar ni, mucho menos, en ganarlas todas. Como perderemos más de las que quisiéramos, necesitamos tener vida, racionalizar víveres, armas y ánimo para triunfar al final.

Huir no es cobardía, es instinto de conservación. Se dice que un «soldado que huye, sirve para otra guerra”. El Poker requiere aprender a desertar, a tirar nuestros naipes, a no entrar en juego cuando no es conveniente: es una de las más importantes claves del éxito.

El que escapa no pierde la batalla, espera la que le sea propicia.

Paradójicamente, no es un error habitual de los expertos ni de los principiantes, aunque las acciones de estos últimos no están basadas en el conocimiento de las razones que lo aconsejan, sino en un sesgo conservador de su juego que responde a su instinto de preservación. Esta conducta es típica de los loose, de los maniáticos y de los fishes.

Para muchos, uno de los motivos que los impulsan a jugar más rondas que las aconsejables es la falta de acción. Estar fuera de juego les desencadena aburrimiento. Están en la mesa para tener acción, quieren ganar y, si es posible, llevarse el pozo con grandes bluffs. Necesitan adrenalina y más adrenalina. Pero no reparan en que el precio de este componente químico tan placentero, es muy alto.

Le pregunto: Si un boxeador estuviera al borde del knockout, cansado y golpeado, y pudiera decidir esperar dos o tres rounds para seguir peleando ¿lo haría? Sin dudas, se oxigenaría, recobraría energías y estaría en mejores condiciones. Lamentablemente para él, las reglas no se lo permiten.

Pero en el Poker sí: nada obliga a jugar todas las rondas. Como dijo Mark Twain, “hay muy buenas protecciones contra la tentación, pero la más segura es la cobardía”.

El Poker es un deporte mental. Se juega sentado, requiere concentración, temple y mucho “timing” y, mal que les pese a muchos, el fold es una de las armas más efectivas para ganar. Ahora, si lo que se pretende es diversión o emociones fuertes, les recomiendo el circo o el motocross.

El tiempo en que estamos fuera del juego es útil y hasta entretenido, si sabemos aprovechar la actividad. Ver las estrategias ajenas, estudiar los estilos o tratar de adivinar las manos a partir de sus acciones no deja de ser atractivo y beneficioso para la preparación.

Por ende, nuevamente el consejo principal: «cuando tengas dudas, foldea«.

Por José “el Profe” Litvak

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