Por: José El Profe Litvak

Flotar es una táctica particular que requiere cierto nivel de habilidad y de experiencia. Es una jugada preparatoria para un engaño, que se hace con manos especulativas, como parejas medianas, cartas conectadas o en suit.

Por ejemplo, frente a un raise ofrecido preflop por un jugador ubicado antes que nosotros, tendríamos tres opciones: una, podríamos pagar para ver el flop y comprobar si formamos el set (pierna) o el draw buscados, y foldear si no se logra. Esta es una táctica de juego lineal sin fantasía ni imaginación. Si ligamos, ganamos y, si no, perdemos, pero las probabilidades estadísticas juegan en contra.

Otra posibilidad sería hacer un semibluff: responderle el raise con un reraise. Es más arriesgado, pero otorga posibilidades de ganar el pozo sin disputa o agrandarlo por si logramos el juego.

La tercera táctica es flotar. Consiste en hacer el call preflop, pero preparándonos para tomar la iniciativa bluffeando en el flop o en el turn.

Si entramos en juego con una par en la mano, tendremos 12,5% de posibilidades de lograr el set en el flop (1 de cada 8 oportunidades). Si no viene, perdemos lo apostado o tratamos de robarnos el pozo.

Al haber pagado su raise inicial, representamos tener algo. Lo que no se sabe es qué y cuánto es ese algo, y éste es el elemento especulativo.

Los jugadores experimentados flotan, incluso, con nada, sólo para ver cómo continúa jugando el rival y, ante la mínima señal de debilidad, apuestan en el turn o en el river y terminan llevándose el pozo.

La flotación es aconsejable con posición, pero los más expertos llegan a concebirla, inclusive, sin ella. Es una maniobra arriesgada, como cualquier engaño, por lo que hay que ser prudentes. Los principiantes no deberían utilizarla hasta que adquieran experiencia y tengan mayor seguridad.

Así como no es bueno bluffear permanentemente, por la previsibilidad, flotar tiene a su favor la posibilidad de lograr juegos con las cartas comunitarias, en cuyo caso, las odds implícitas pueden ser importantes.

Con el juego balanceado, se difiartasculta la lectura y se dan señales de poderío, rasgos distintivos de este engaño premeditado