Hemos venido estudiando los pasos iniciales a dar en una mano de poker, y estamos a punto de llegar a un punto muerto.

Hasta ahora, la posición y las estadísticas más básicas han sido suficientes y nos han permitido tomar decisiones informadas sobre con qué frecuencia abrir o defender una mano.

En muchas ocasiones, nuestra decisión sobre si debemos abrir una mano o realizar una defensa agresiva va a dar por terminada la mano, pues ante las subidas y resubidas algún jugador acabará por foldear. Las cantidades que arriesgamos son escasas y los errores que podamos cometer no son demasiado costosos.

Pero nuestro estudio del poker está a punto de complicarse. Cuando nos igualen las apuestas, empezaremos a ver flops. Las apuestas a realizar, que calcularemos en relación al bote, van a ser cada vez más altas, y con tres calles por delante, nuestro stack puede estar en juego desde ya.

El problema es que seguir enfocando una mano de poker como eventos individuales que empiezan y terminan con cada ronda de apuestas ya no funciona.

El procedimiento más correcto para desarrollar el juego postflop es lo que llamamos la planificación la mano.

Pongamos un ejemplo. Nos llega la mano limpia al botón. En la SB hay un jugador que foldea un 85% ante la apertura desde nuestra posición y en la BB otro jugador que tan solo foldea un 45%.

La primera tentación es reducir el rango de manos que apostamos para evitar jugarnos muchos flops contra la BB con manos débiles. Es una decisión acertada, en línea con lo que hemos estudiado hasta ahora. No hay error posible jugando de esta manera, pero sí que podemos estar dejando de optimizar nuestra estrategia.

Imagina que finalmente abres la mano y te encuentras que la BB foldea un 75% a la apuesta de continuación Con esta información decides apostar siempre y no invertir un céntimo mas en la mano si la apuesta de continuación no tiene éxito. De nuevo, el uso del HUD y la decisión se apostar es impecable, y tu estrategia es completamente sólida.

Sin embargo, si unimos ambos datos, el fold a la apertura y el fold a la continuación nos damos cuenta de que, en realidad, tenemos a nuestra disposición una línea aún más rentable. La SB es muy tight y la BB nos va a permitir robar muchas ciegas con sus folds en flop. Además, cuando la apuesta de continuación no funcione podemos dar casi por seguro de que estamos frente a una mano muy potente, ante la que podemos foldear con toda confianza, lo que simplifica enormemente nuestro juego postflop

Esto significa que, en vez de reducir nuestro rango de apertura, tiene más EV abrir el rango habitual, o incluso más manos.

En este ejemplo, la BB tiene un leak muy grave en su defensa contra la apertura desde el botón, y las dos estrategias van a funcionar. Sin embargo, contra rivales competentes, la planificación de la mano será vital para encontrar la manera correcta de jugar ciertas situaciones.

Se puede decir que, cuando asimiles esta filosofía, habrás completado la segunda fase de tu evolución como jugador de poker. La primera es pasar de pensar sobre tu mano y empezar a hacerlo

en rangos de manos. La segunda es dejar de jugar calle a calle y empezar a crear líneas de juego para manos completas.

Es tan importante este concepto que vamos a dedicar un segundo artículo a profundizar en los factores fundamentales en los que fijarse para planificar una mano correctamente.

Hasta aquí la primera parte de «la planificación efectiva de una mano de poker». ¡Muy pronto la segunda!

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