por José Litvak

Otra aflicción que repercute negativamente es el TOP (Trauma de la Oportunidad Perdida). Si por responsabilidad propia perdemos una importante ocasión favorable, suele aparecer un síndrome caracterizado por inseguridad y falta de confianza que se arrastra durante un largo período de tiempo.

Al modo de las “profecías auto cumplidas”, este estado se va corroborando a sí mismo en cada jugada desacertada, generando rondas o partidas que se pierden por muy poco o inexplicablemente. Al mismo tiempo, los rivales se agrandan porque identifican esa vulnerabilidad.

«La inseguridad propia nutre y alimenta la confianza del oponente».

El TOP es una pérdida progresiva y acumulativa de confianza y menoscabo sobre uno mismo que entra en crisis apenas se vislumbra una oportunidad de definir y se va retroalimentando a través de inmerecidas derrotas, minando la pasión y la determinación que requiere el deportista exitoso.

Muchos abandonos prematuros del deporte obedecen a la acción implacable del TOP que debe ser detectado a tiempo, antes de que se inicie el desgaste anímico del jugador, sobre todo cuando empiezan a aparecer pensamientos o ideas de renunciar primero a una partida y luego la propia carrera deportiva.

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