Una máxima del poker es tratar de sacar el mayor provecho en las situaciones favorables y parte de ello se da cuando se está dominando una mano pero el beneficio es aún mayor cuando esa situación se presenta ante jugadores débiles.

El poker es rentable siempre y cuando uno se enfrente a jugadores peores, ésa es la esencia del juego: sentarse en una mesa con puros regulares, a largo plazo, genera poco beneficio o incluso números negativos. Por ello es importante estudiar y reconocer el tipo de rival que tenemos en frente para aprovechar las ventajas ante ellos.

Después no se quejen…

Un jugador débil, por lo general, es un recreacional y su principal característica es que está jugando por diversión, sin seguir una estrategia y sobre todo, dará mucha acción y foldeará poco sus manos. Este tipo de rival está ahí para jugar poker, ver cartas y meter fichas; no quiere esperar pacientemente una mano y mucho menos tirar su máxima, segunda o incluso tercera pareja ante una apuesta. Eso hay que explotarlo.

La mayoría de las estrategias hablan de apostar 1/2 bote, 75% según si hay proyectos o tenemos la pareja máxima contra un villano… El jugador recreacional no suele tener noción del tamaño de apuesta y ése es el principal elemento que hay que tener en consideración, salirse un poco de la estrategia y hacer apuestas mucho más agresivas que supongan más de la cantidad del bote.

Por último, no hay que olvidar que este tipo de jugadores también reciben buenas cartas y arman escaleras, color o full. Otra característica muy común es que son muy pasivos y pagan hasta el final con una mano marginal así que si demuestran agresividad ante nuestro raise posiblemente tengan una buena mano y lo más recomendable sea tirar nuestras cartas