El ser humano tiene, por naturaleza, un instinto de competición que lo lleva a tratar de ser el mejor en casi cualquier tarea que desempeñe. Esta fuerza motivadora impulsa pero muchas veces se convierte en ego y suele ser perjudicial, sobre todo, para el jugador de poker.

Aunque la palabra ego viene del latín «yo», se ha usado a lo largo del tiempo para referirse al exceso de autoestima de una persona y en el caso del poker se puede traducir en malos resultados en las mesas. Incluso se podría decir que existen dos tipos de egos del que todo jugador padece…

El ego externo

Muchos jugadores se sientan en una mesa de cash o torneo pensando que está rodeado de puro «fish». Esa sobrevaloración es el primer síntoma de que existe un componente de ego que no dejará de ver cada acción de una manera objetiva.

Tal vez la situación más común se da cuando uno se enfrenta a un jugador y éste nos quita un gran bote o incluso todo el stack. En este momento el poker pasa a un segundo plano y se convierte en una confrontación personal por recuperar lo perdido y demostrar quién es el mejor en la mesa.

Primero, para combatir el ego externo, hay que hacer una evaluación para determinarlo; en segundo lugar hay que analizar cada situación y mano en la mesa como algo independiente que termina en el river y hay que borrar todos los sentimientos y sensaciones de cara a la nueva acción para no predisponerse ante un rival.

El ego interno 

El ego interno es el más difícil de determinar y el que mayor problema trae. Viene acompañado por la sensación de «saberlo todo» que no permite seguir estudiando o buscando mejorar fuera de las mesas.

El poker evoluciona constantemente y como la teoría de la evolución de Charles Darwin es necesario adaptarse. Eso implica estudiar regularmente, analizar manos y estar enterados de todos aquellos elementos que van surgiendo en el entorno.

La mejor manera de batir el ego interno es analizar el juego en frío un tiempo después de que se llevó a cabo, esto con el fin de determinar si fue un tema de varianza o si existe algún factor que corregir.