Los que comienzan en el mundo del poker muchas veces lo hacen gracias a la Serie Mundial de Poker y los campeones del mundo. Imaginarse ser ese jugador, hasta ahora desconocido, alzando un gran brazalete luego de haber obtenido todas las fichas de un torneo. Sin embargo, hay otros que su primer contacto se da gracias a descubrir videos de grandes partidas de High Stakes. El olor de los fajos de dinero en efectivo sobre la mesa puede atravesar la pantalla.

En ambos momentos, el jugador suele elegir una modalidad a la que dedicarse o por lo menos llegar a pensar ‘¿qué juego, ¿cash o torneo? ¿Qué será más rentable?’. La realidad es que es una discusión tan polémica como Apple vs. Windows o Real Madrid vs. Barcelona: cada una de ellas tiene sus pro y contras, y pueden ser utilizados en determinados momentos de la carrera para convertirse en un gran jugador de poker.

Los torneos

Casi el primer acercamiento que tienen todos los jugadores en las salas online es mediante los freerolls o los populares Sit & Go. Los torneos son un buena manera de iniciarse en el mundo del poker y, sobre todo, sirven para ir construyendo banca. Aquí también entra el sueño para muchos, ganarse un título de la WSOP o WPT, por qué no. También es cierto que los eventos como el SCOOP o el PowerFest de partypoker pueden cambiar la vida de cualquier jugador, pero no todo es tan sencillo.

Si bien la relación buy-in/ganancias es muy atractiva en los torneos, la varianza también se hace presente de una manera muy abrumadora. Se pueden pasar horas dedicados a un torneo para salir en la tan odiada burbuja o pasar muchos días, semanas o meses sin entrar en puestos de cobros, lo que genera grandes frustraciones. También es importante destacar que los torneos necesitan mucho más estudios: variantes como números de jugadores, duración de niveles y montos de ciegas, entre otros, son factores que se deben tener en cuenta y que no aparecen en el cash.

Los cash game

Para muchos, como su nombre lo indica, es la modalidad donde realmente está el dinero en el poker y en la cual realmente se puede vivir de las cartas. Al presentarse muchas situaciones similares sin tantas variantes como en los torneos, se pueden construir estrategias sólidas y saber actuar de manera casi automática en determinada secuencia de mano. También permite poder cobrar en el momento en que se decida sin tener que esperar a reunir todas las fichas de los rivales o arriesgarse a situaciones de constante all-in.

Pero como no todo lo que brilla es oro, el cash game tiene niveles de frustraciones muy grandes. Si bien un torneo puede limitar de cierto modo el número de pérdidas, en el cash game puede llegar a pasar todo lo contrario: un bad beat o entrar en tilt puede generar un efecto dominó que destruya un bankroll entero. También el cash requiere, en muchas ocasiones, tener que meter gran cantidad de volumen diario o mensual para poder ser ganador en el nivel y tener una relación BB/100 rentable.

Algunos profesionales hacen una analogía entre el poker y un trabajo de oficina en donde el cash es el pago quincenal o mensual equivalente a un salario mientras que los torneos son las utilidades o aguinaldos a fin de año. En la vida en general tiene que haber un equilibro, los mismo pasa en el poker.

Los jugadores de cash deben planificar calendarios anuales que incluyen algunos torneos que ayuden a construir banca y subir de nivel mientras que los jugadores de torneos deben alternar con mesas de cash game tratar de batir la varianza y tratar de tener ganancias más constantes.