Los satélites son todo un submundo. Muchos invierten buena parte de su juego intentando clasificar a torneos para explotar su bankroll o simplemente para ahorrar, otros buscan todas las maneras posibles de ganar su asiento o paquete para determinados torneos en vivo y, finalmente, existe un último grupo compuesto por aquellos que juegan todos los freerolls y promociones disponibles, en cualquier sala.

La primera WSOP Argentina, que se desarrolló en la ciudad de Puerto Iguazú, contó con el apoyo de 888 Poker que a través de su plataforma entregó paquetes completos a través de una clasificación por steps e incluso uno de ellos fue totalmente gratis. CodigoPoker realizó una completa cobertura del evento y aprovechó para conversar con estos privilegiados que disfrutaron una semana en una de las siete maravillas del planeta con alojamiento incluido y además jugaron el Main Event de US$1.100.

Martín Gavasci es de la ciudad de Mendoza, tiene 27 años y es el tercer torneo en vivo que juega en su vida. «Clasifiqué a un BSOP San Pablo hace unos años y este año fui también a San Pablo por mi propia cuenta. Estudié ingeniería informática pero todavía no me recibí, aunque este año dejé la carrera para empezar mi transición al poker profesional, aunque además hago desarrollo de sistemas, algo que me da cierta independencia«. Así se presenta quien jugó todos los steps que se le presentaron en el camino: clasificatorios desde 1 centavo hasta US$22, con los que llegó a obtener su paquete completo, que incluyó la compañía de su hermano, por una ínfima parte del valor original.

Martín Gavasci

Junto a él llegó desde Bahía Blanca Marcelo Chaulet , que clasificó sin poner un peso. A lo largo de diez días hubo un torneo gratuito diario que entregaba diez asientos a una final en la que se impuso sobre todos sus rivales. Tiene 29 años, se está por recibir de ingeniero industrial y de padre, título que obtendrá incluso antes de la licenciatura. «Soy un remador nato«, describió este recreacional que se presenta como el hermano de Hanamichi, campeón del Sunday Million en 2009, y quien demuestra su amor por este deporte cuando geográficamente destaca la proximidad de su ciudad a la vecina Punta Alta, origen de Iván Lucá, por encima del máximo ídolo popular bahiense, Emanuel Ginóbili.

Suena increíble, pero es real: es la tercera vez que Chaulet clasifica gratis a un torneo en vivo. «Agarro las promociones, y de esta me avisó mi hermano y bueno… lo gané«, dice como si ya fuese una costumbre. Ya había clasificado al LAPT Uruguay 2013 por un concurso en Twitter y también juguó el BSOP 2014 a través de una liga de IntelliPoker por la que recibió dos tickets para satélite y ganó un asiento.

Ambos lograron superar el corte del Día 1A, pero no llegaron a cobros. De todas formas eso permitió disfrutar el lado B de la serie: visitar las Cataratas, conocer la Triple Frontera, ir al shopping y disfrutar del hotel cinco estrellas, pero también rodearse y empaparse de la élite del poker local y mundial.

Marcelo y su hermana.

«Fue muy lindo cruzarme en los pasillos con tipos como Bruno Foster y me sorprendió ver a Damián Salas y Richard Dubini después de lo que hicieron hace tan poquito en Vegas. Disfruté mucho poder compartir un rato con ellos porque, más allá de lo que son como jugadores, tienen una calidad humana impresionante y me dieron una inyección anímica enorme«, menciona Martín, que disfrutó la travesía en un año crucial de su vida en el que tuvo que lidiar con el conflicto familiar que muchas veces significa tomar la decisión de dedicarse al poker para el ámbito familiar.

Por su parte, Marcelo comentó: «disfruto de conocer otra ciudad y venir con mi hermana, eso ya es suficiente para estar contento. Fue un privilegio estar con Damián Salas después de lo que hizo en Vegas. Charlamos un poco, me invitó un campari y fue un gran momento porque siempre tiene palabras mayores, como cuando defendió al poker como deporte mental. En torneos como este, la experiencia es total  y hay que aprovechar estas posibilidades al máximo«.

Marcelo viajó con su hermana mayor, que sufría  la dicha de tener hermanos fanáticos del poker cuando ella rechaza la existencia de los casinos. Aunque no entienda nada del juego, arribó como apoyo moral y motivacional. Pero su primera incursión en el ambiente la ayudó a empezar a diferenciar el mundo de la ruleta con el que habitamos. «Tenía algunos prejuicios y después de sentir la experiencia y vivirlo de cerca voy aceptando un poco más a este deporte«.