Inicio > Cymermann: «Hoy ya soy un argentino jugando al poker»

En algún momento de la vida nos planteamos algo: no sabemos si lo que hacemos está bien o si hay que seguir de la misma manera. Están quienes deciden dar un golpe de timón y otros que prefieren seguir con la inercia que tiene su vida. La de Johan Cymermann Flag of Francia es una historia que está atravesada por las preguntas que nos hacemos mientras vamos existiendo: el francés que llegó a la Argentina hace 11 años, y que no tenía relación alguna con el poker, vino a probar suerte a Buenos Aires. Hoy tiene familia, su empresa y cada vez que puede, se juega un torneito en Puerto Madero.

Cymermann, con un trofeo de Madero

«Mi mamá es de una isla del Caribe y siempre viajábamos. Luego estudié Ciencias de la Economía y estuve un semestre en Estados Unidos. Cuando finalicé mis estudios, no sabía qué hacer y empecé a trabajar como agente inmobiliario en mi país», inicia el parisino. «Uno de mis compañeros estaba en una situación parecida a la mía y comenzamos a ver a qué lugar podríamos irnos. Cuando decidimos venir a la Argentina, él se fue primero y al tiempo me llamó diciéndome que había una posibilidad. Por eso me vine»,  cuenta Johan, que hasta ese momento solamente jugaba backgammon.

Una vez instalado, Cymermann hizo su vida y al solucionar el tema del idioma («porque no entendía un carajo, grafica), logró formar una relación amorosa que con el tiempo se terminó. ¿Pero quién iba a decir que sería el comienzo de otra? «Estuve saliendo con una chica durante un tiempo y cuando se terminó estaba muy mal. En esos tiempos, siempre en la TV miraba que había propagandas de poker y decidí instalarme el software. Allí empecé a jugar en línea». De todos modos, al no estar en su plenitud, el europeo llevaba su ánimo a los paños virtuales: «El primer año fue caótico. No llegué a la depresión pero no estaba bien, por eso comencé perdiendo plata. Jugando en torneos de niveles bajos y medios, perdí como 6.000 dólares».

Johan suele jugar los Experience

Con el paso de los días, el galo volvió a sentirse bien y comenzó a interesarse por la estrategia. Esto del poker no era un simple pasatiempo para él y fue en SemilleroSNG donde pudo mejorar de la mano de Diego Sobrino Flag of Argentina. Es por eso que un día las malas rachas se terminaron: «Tuve la suerte de meter en una semana dos lindos premios: en la época de los yanquis en PokerStars, terminé cuarto en un torneo de US$ 1,10 y cobré US$4.500; y a los dos días embolsé US$6.500 más tras haber hecho un deal en uno de US$3,30. Así me recuperé de lo que había pasado el año anterior».

«Hasta ese momento no conocía a nadie y jugaba solo», confiesa cuando tocó sus inicios en el vivo. «Hoy en día soy un argentino jugando al poker. La primera vez que fui a Madero jugué en las vivas. También lo hacía en el Casino de Santa Fe, cuando iba para Entre Ríos con la que hoy es mi mujer», recuerda. «Luego quise saber si había torneos y fue allí donde me encontré con los Second Chance de Puerto Madero, porque no contaba con un bankroll tan grande para jugar». ¿El resultado? Siete mesas finales y dos títulos, los que consiguió en el 2011 y en el 2015. Aunque Cymermann tiene una cuenta pendiente: «Nunca pude cobrar ni en la Master Cup ni en los CAP».

Hoy en día, Johan, que gracias al poker conoció a la mayoría de sus amigos actuales, tiene que seguir una agenda: es papá de mellizos y tiene su panadería. No obstante, cada vez que puede se da una vuelta por el casino flotante para encontrarse con los suyos: «El 90% de la gente que conozco es del poker y cada vez que puedo, juego los Experience», sostiene quien terminó como runner-up de la cuarta fecha de la Summer Cup del 2016. «En este momento me conformo con jugar los CAP y la Master, aunque jugar la WSOP sería un sueño», finaliza.

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