Inicio > Pensar Poker : el valor y la estrategia de juego con J-J preflop

Los malditos – benditos pares de Jotas son manos queridas u odiadas, no hay término medio, porque son cartas difíciles de jugar y se conoce poco de ellas. Digamos, en primer término, que se trata de una típica trap hand (mano engañosa). Es una pareja de figuras, pero no llega a ser alta ni puede considerarse marginal. Conjuntamente con 10 – 10, es, justamente, la que divide esas categorías.

Según las informaciones que encontraremos en cualquier texto de matemáticas del Poker, sus probabilidades de ganar pre-flop varían según cuantos rivales enfrentemos. Veamos:

La potencia pre-flop de J-J contra el universo de manos posibles es:
Contra 1 rival al 77%
Contra 2 rivales al 62%
Contra 3 rivales al 50%
Contra 5 rivales al 35%
Contra 7 rivales al 25%
Contra 9 rivales al 20%

Sin embargo, estas cifras son mentirosas, en tanto están calculadas considerando que podríamos enfrentar a todo el universo de manos posibles, y todos sabemos que raramente lo haremos contra trash hands. La selectividad de los rivales podrá ser mayor o menor pero hay cartas que desechan hasta los maníacos. Por ende, si recalculamos esas chances, comparando contra un surtido de manos con el que jugará alguien con un típico estilo tight, la potencia merma sensiblemente.

Ahora supongamos que esos rivales entrarían con a A-J ó + u 8-8 ó + ¿cuáles serían las probabilidades?

La potencia pre-flop de J-J contra un rango tight es:
Contra 1 rival al 53%
Contra 2 rivales al 44%
Contra 3 rivales al 38%
Contra 5 rivales al 23%
Contra 7 rivales al 16%
Contra 9 rivales al 9%

Como se ve, mantienen potencia positiva únicamente contra un rival.

Esto muestra una primera directiva: hay que aislarse, no se debe jugar contra más de uno (salvo que las circunstancia particulares de la ronda, las pot odds en juego, las implícitas, la posición o la etapa de un torneo lo aconsejen).

Las Jotas son difíciles de jugar, la mayoría tiene dificultades para hacerlo y son muy peligrosas, además, porque puede ganarse o perderse mucho. Es habitual que los no muy experimentados dilapiden su stack. La mayoría ve dos figuras iguales en su mano, cree que son premium y la juega como tales. Casi siempre el resultado es nefasto.

Tampoco tienen las flexibilidades tácticas que ofrecen los pares altos. No pueden jugarse contra varios rivales y el slowplay y las trampas son peligrosísimas porque, pese a su fisonomía, no deja de ser una mano débil. Tal como ocurre con los pares marginales, su mayor fuerza reside en la posibilidad de setear, pero, en ese caso, el resultado será provechoso si se enfrenta a varios contrincantes y se la juega despacio, pero eso ocurrirá rara vez, en tanto el primer objetivo pre-flop es quedar heads up.

Entonces, aparece la pregunta natural: ¿es preferible limpear pre-flop para ver el board, setear y acrecentar notablemente la fuerza y rendimiento, aunque lo lograremos en 1 de cada 8 oportunidades, o aprovechar sus probabilidades favorables y aislarnos, sabiendo que esas chances serán iguales en todas las rondas en que lo hagamos?

Respuesta: cada uno tendrá que hacer sus cálculos y elegir la estrategia más adecuada a las circunstancias (el lector también tiene que trabajar un poco). Nadie puede anticipar un juicio definitivo, porque ello depende de otros factores cambiantes según las circunstancias particulares de la partida o del torneo. En el poker se puede dar información buena y confiable o analizar o explicar los conceptos fundamentales, pero nunca una estrategia genérica, porque cada ronda es única y diferente.

Otro dato importante a tener en cuenta: el 57% de las veces el flop mostrará una carta más alta y habrá que saber leer y jugar bien las etapas siguientes, en las que las decisiones serán muy comprometidas. Si jugamos a setear, en 7 de cada 8 rondas las preocupaciones serán:

1) la de invertir lo menos posible para lograrlo en el turn o en el river (si nos dejan verlo).
2) protegernos de la bancarrota si aparece una carta más alta en el flop.
3) sacar el mayor valor posible si luego vemos otra J.

Para los profesionales, la perspectiva es, naturalmente, diferente. Doyle Brunson, cuyo estilo es súper agresivo, usa este tipo de manos para jugar despacio. Dice, «si tengo J-J contra un rival al que le vengo jugando muy fuerte y el flop es Q-4-2, le checkearía para demostrarle respeto y lograr disminuir esa imagen que tienen de mí. Nunca pagaría un 3bet antes del turn. No me arriesgaré y, si alguien me ataca, simplemente las tiraré.” Pero, ojo, se trata de Doyle.

En los torneos, la estrategia es más específica aún y la relación entre el valor de las ciegas y el de los stacks efectivos es determinante para decidir entrar en juego o para tomar riesgos post-flop.

Recomendaciones:
1°) no enamorarse de ese o cualquier par menor.
2°) conocer y darle el verdadero valor que tiene.
3°) tener en cuenta que es una buena mano, pero vulnerable, especialmente después de ver el flop.

Por José “el Profe” Litvak Flag of Argentina

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