Ayer fue un día triste para la música: Charlie Watts , baterista de los Rolling Stones, murió pero dejó un legado que durará por siempre. El hombre cuyas baquetas dieron vida a clásicos como She’s a rainbow o Can’t you hear me knocking abandonó esta vida a los 80 años en Londres rodeado de su familia.

Charlie Watts.

La notable versatilidad de Watts, quien se las arregló para ser vistoso y creativo desde una simpleza sin acrobacias, ni excesos como sus otros compañeros, se pueden encontrar en las miles de grabaciones y conciertos en los que dejó su huella junto a los Stones, desde 1963 y hasta su show en Miami el 30 de agosto de 2019, su última aparición con el grupo.

«Contar con un baterista que pudiera tocar con la sensibilidad de Charlie Watts es uno de los mejores activos ocultos que he tenido, porque nunca necesitamos detenernos a pensar en el baterista y en lo que va a hacer. Puedes lanzarle ideas y nunca hay que preocuparse por el ritmo… Es una bendición», comentó el guitarrista de los Stones, Keith Richards , en una biografía publicada en el 2003.

Los Stones tuvieron cientos de giras exitosas, con viajes agotadores, en donde las cartas también se hicieron presente tal como lo dejó plasmado la fotógrafa Jean-Marie Périe en esta imagen en donde vemos a Richars jugando con sus compañeros sobre The Stones, el avión personal de la banda, durante el tour por Estados Unidos en 1972.

O esta otra en donde se aprecia a Richards, Mick Jagger y Nora Hendryx compartiendo una partida junto a sus colegas en el backstage de un concierto en Estados Unidos tomada en 1965 por Gered Mankowicz , un joven fotógrafo que todavía no había cumplido los 20 años y que de a poco se transformó en el sexto Stones, retratando al grupo por todas partes del mundo.

Se desconoce si la afición de la «banda de rock and roll más grande del mundo» por el naipe era sólo un hobby o algo más allá, ni menos las cantidades que apostaban, sin embargo lo que hoy queda es recordar la trayectoria de Watts y cómo los Rolling Stones hicieron eso de «sexo, drogas y rock and roll» una forma de vida más allá de los escenarios, tal como puedes ver en el fragmento del documental llamado Crossfire Hurricane (2012).

Para cerrar esta nota solo queda recomendar una canción para grindear y bien podría ser ésta en la que la batería de Charlie suena furiosa, con una fuerza atronadora y un tambor que no deja espacios vacíos.

¿Hubiese sido un clásico Paint it black con otro baterista? Quién sabe, mejor disfrutarla de principio a fin y honrar el legado de Watts hasta la eternidad.