Los trágicos sucesos que sacudieron el domingo a la noche al Mandal Bay de Las Vegas generaron una ola de tuits por parte de la comunidad de poker internacional. Lo que más se vio fue «pray for Vegas» (recen por Las Vegas), aunque lentamente se tornó a una discusión sobre la portación de armas en lo Estados Unidos. Mientras que todos pedían la modificación de las leyes que regulan, para endurecerlas, Doyle Brunson escribió y prendió fuego la red social del pajarito azul.

No pueden quitarnos nuestras armas. Entonces sólo los criminales las tendrían. Hablaré con seguridad con la esperanza de tener una pistola en el poker room.

Hay que recordar que, en los inicios de su carrera, Texas Dolly, junto a otro grupo de jugadores, viajaron por el estado de Texas jugando poker en locales clandestinos y siempre portaban una, por protección.

Claro que las respuestas no se hicieron esperar y mientras que algunas trataron de llevar a Brunson (defensor acérrimo del derecho de los norteamericanos a portar armas de fuego) a reflexionar, otros simplemente lo atacaron y se ganaron que el tejano los bloqueara.

Australia tuvo un tiroteo masivo. El gobierno prohibió las armas. No ha habido uno desde entonces. ¡Qué loca coincidencia! Las armas son estúpidas.

Más allá de que los civiles tengan o no armas, llevarlas a un poker room donde la gente se enfurece, tilda y a veces se pelea con otro por un badbeat parece ser, sin querer juzgar, una idea terrible.

Proponer armas en un ambiente en el que el temperamento aparece frecuentemente y hay muchísimo dinero alrededor parece una gran idea.

Tengan en cuenta que en Estados Unidos se estima que la población civil tiene entre 270 y 310 millones de armas y que es muy sencillo conseguir una. La segunda enmienda de la constitución de dicho país protege el derecho del pueblo estadounidense a poseer y portar armas. Claro que dicta del 1.700, quizás sea momento de replantearse modificarla, ¿no?