Las últimas semanas de Daniel Ott han sido de ensueño. Salió segundo en el Main Event de la WSOP, conoció al amor de su vida y seguramente se tomó unas buenas y relajadas vacaciones. Pero llegó el momento de regresar a casa y a la normalidad. Y eso incluye, claro, a ir a comer a lo de la abuela. Después de todo, la comida casera que prepara la nona es invaluable, ¿no?

Ya nos imaginamos cómo habrá sido el reencuentro. La emoción y el orgullo de una abuela al ver que su nieto ha llegado a lo más alto del poker mundial… o no. Según el propio Ott, lo primero que hizo la señora que le cambiaba los pañales y lo llevaba a jugar al parque fue señalarle uno o dos errores que cometió con Scott Blumsetin en el heads-up por el brazalete.

Vi a mi abuela ayer por primera vez desde que llegué a casa y lo primero que hizo fue hablar mierdas sobre mi juego HU.

¡Hay que escuchar a los abuelos, Dan!