Maestro de maestros, querido, respetado, a los 71 años dejó de existir Paul Magriel , un personaje para tener al alcance de la mano, para adquirir apenas sea una pizca de sus conocimientos y enseñanzas. Murió en su sueño, dicen, poniéndole un toque de alivio a su final infeliz. Esposo de Renée, tuvo un un hijo, al que llamaron Louis.  

Quienes escucharon hablar de él o los que se enteran ahora de la estela que dejó su paso por esta vida, quizá lo relacionen al poker, juego al que le dedicó los últimos 30 años de su vida, con cobros por casi 500.000 dólares y una actividad constante hasta sus últimos días. Probablemente sus ganancias no llamen la atención; si, en cambio, sus conocimientos: el juego quedaba subordinado a la pedagogía en su caso. 

Magriel con jóvenes Leo Fernández y Verónica Dabul.

Campeón junior de ajedrez en Estados Unidos a los 19 años, se destacó en backgammon, disciplina en la que salió campeón mundial en 1978. Ese juego lo llevó a la Argentina, donde conoció a Leo Fernández , con quien lo unió la pasión por el tablero. Escritor, conocido como X-22, editó el libro Backgammon, que al día de hoy es considerado La Biblia de este juego de a dos. El, una leyenda, enriqueció las páginas del New York Times con sus columnas. 

A pedido de CodigoPoker, Leo Fernández lo recuerda así: «Lo conocí en el 92 en Buenos Aires, en un campeonato internacional de backgammon, el cual ganó una especie de una ronda de perdedores. Después, tipo 4 de la mañana, en la esquina de Corrientes y 9 de Julio fuimos a tomar algo y jugamos una partida a ciegas de ajedrez«.

La relación con el Team PokerStars Pro siguió al punto de que, a cambio de quedarse con el 25% de sus ganancias, Magriel le enseñó a jugar al baccarat al argentino, que se había visto seducido por un torneo de 5.000 dólares y pozo de un millón.»Pero más que nada me enseñó backgammon, también un poco de poker, apuestas deportivas, todos los juegos en sí», dice Fernández.  

Con Fernández, en WSOP 2004.

Leo lo define «como un maestro, un maestro de la vida. Un tipo buena leche, de los que en este ambiente muchos no hay, por obvias razones: donde circula el dinero…». 

Más allá de una diferencia generacional, entre ellos nació una amistad. «Pasamos una Navidad en Argentina -recuerda Leo- mientras mirábamos un partido de fútbol americano; vivió un año conmigo». 

Otra definición: «Siempre transmitió todos sus conocimientos, nunca los escondió, eso es muy valorable… Era un maestro de alma. Fue profesor de Matemáticas en Harvard, era más joven que los alumnos«.  

En cuanto al poker, su modalidad preferida era Limit Hold’em, si bien jugaba No Limit, Omaha y seven-card stud, entre otros. Cobró ocho veces en WSOP, incluido en el Main Event del 2010. Naturalmente, enfrentó a los mejores, como en el 2005 a Phil Hellmuth , en una mano que afortunadamente quedó grabada. Después de ser desplumado, el Poker Brat se fue de la mesa masticando bronca y acusando a «duck duck» de ser un maniático por haber aceptado su all in.

Aquí, las imágenes para que recuerden a Paul Magriel, un maestro.

Foto principal: PokerNews